Quisiste morir de un orgasmo, arrancarte en un grito las entrañas. Quisiste volar tan alto hasta tocar el cielo, como decían las letras de aquellas canciones. Teñiste luces de colores, buscaste de día las estrellas. Velas de cuero y cristal, jadeos de licor.
Quisiste ser eterna como la luna, que siempre vuelve a la noche. Con tacón de carne y la aguja caliente. Soñaste retorcerte en la penumbra, rendirte en bragas al torbellino, vivir sin aire hasta la dulce asfixia. Sangre de toro y carmín.
Tomaste el amor en dosis, hasta que nadie podía quererte como tú querías. El corazón marca el paso sintético. Perfume de fiesta y festín de látex. Bajas mirada, con la garganta reseca y los sueños dormidos. Cómo duele la luz, cuando no es de colores.
Quisiste ser eterna como la luna, que siempre vuelve a la noche. Con tacón de carne y la aguja caliente. Soñaste retorcerte en la penumbra, rendirte en bragas al torbellino, vivir sin aire hasta la dulce asfixia. Sangre de toro y carmín.
Tomaste el amor en dosis, hasta que nadie podía quererte como tú querías. El corazón marca el paso sintético. Perfume de fiesta y festín de látex. Bajas mirada, con la garganta reseca y los sueños dormidos. Cómo duele la luz, cuando no es de colores.